El retrato

El retrato
El retrato ha seguido casi al ras la existencia del hombre desde sus primeras civilizaciones, si hablamos del retrato en un sentido formal y netamente pictórico el mejor caso se encuentra en Egipto, los retratos de la dinastía Fayum, curiosamente perteneciente a la época romana, son un excelente ejemplo de lo que se entiende por retrato, la representación de una persona, casi siempre desde la cabeza hasta la altura del pecho, en ocasiones de cuerpo completo o varia, según la intención de la obra. La intención del retrato durante las primeras civilizaciones hasta el siglo XIX en el impresionismo siempre se baso en una cuestión de poder, los encargos solían de ser de personas con dinero, status e influencia que buscaban alimentar estos factores ante la sociedad y ellos mismos por medio de este género pictórico.

Fue hasta el siglo XIX con el impresionismo (Aunque en siglo XVII surgen otros estilos con enfoques distintos, no dejaron de lado la cuestión del poder y la sociedad)  que el retrato empezó a adquirir un significado distinto para los artistas, dejó de ser una herramienta de muestra de poder para las clases sociales altas, pasando a la búsqueda de nuevas intenciones técnicas, temáticas y resoluciones, girando en captar la esencia y no tanto en el parecido con la persona basada.  Durante el impresionismo, este género se explotó y abundaron grandes cantidades de retratos, destacan artistas como Vincent Van Gogh (Autorretrato, y Retrato del Cartero Joseph Roulin) Degas (Retrato de una mujer, Autorretrato), Cézanne (Pasajero sentado), Gauguin (Vida temprana), entre otros...Estas distintas formas de experimentación siguieron hasta la actualidad, hablando de estilos como fauvismo, cubismo, surrealismo, pop art, etc.

En cuanto a la fotografía, tras su nacimiento en el siglo XIX, también cumplió con la captura de la figura humana para retrato, ayudando pronto a la pintura como material de referencia, vale mencionar el retrato fotográfico de gente fallecida a manera de memento mori, que a pesar de ser una forma muy sentimental –extrañamente- dejo de tener seguimiento por cuestiones higiénicas y saludables.
Hay un elemento muy influyente tanto para la pintura como la fotografía en cuanto al género de retrato: la luz. La luz ayuda a mostrar sólo lo que se quiere enseñar y/o cubrir lo que no, dependiendo las intenciones, la ubicación de luz varia, y también logra afectar la percepción del objeto, dando ejemplos superficiales como una luz hacia abajo causa un efecto de ultratumba, o de misterio, una luz hacia arriba puede provocar una sensación de divinidad parecida a la figura de algún santo, las ubicaciones de luces pueden otorgar desde una figura más amable hasta filosa. Razón importante para conocer como se trabaja la luz. Hablando de esta reciprocidad entre la foto y la pintura, destaca una técnica pictórica utilizada en la fotografía llamado “Triángulo de Rembrandt”, pintor holandés, referente a la pintura barroca, conocido por sus valiosos usos con el claroscuro para sus retratos, para lograr este efecto en fotografía se coloca el difusor a 45° de la cámara, paralelo a una pantalla que provoque el rebote. Existe una enorme variedad de técnicas, que pueden entenderse y utilizarse buscando distintos diagramas…

Bajo una cuestión personal, lo más interesante que me provoca crear en un retrato son las sensaciones, al igual que la visión impresionista en adelante, posiblemente también me interesa crear un poco de poder, status si se trata de un autorretrato, porque siendo honestos por mucho que se busque la imagen de honestidad, cuando se trata de uno mismo, o de cualquier cosa, uno siempre busca mostrar lo mejor de ello, a su manera, aún si se trata de capturar lo negativo, porque la foto siempre embellece. Aunque el retrato implica un gran reto, en fotografía se quiere captar la imagen honesta de la persona, sin ser forzado, que lleva a un gran esfuerzo por atrapar “aquello” de este objeto de observación y no la simple superficie de ello, pero en el momento en que este objeto es consciente de ser el objetivo su ser puede verse envuelto en una maraña de poses. Al menos en mi visión pienso que un retrato es aquel que hable y converse sin atraparse solo en la pose (no busco fotografías familiares, donde todos sonríen de una manera bastante artificial y de posiciones cortantes, ni fotos para documentos sino retratos personales), aparte de que la luz es un buen factor para lograr una excelente foto, la mirada es un elemento de la persona que consigue bastante fuerza para hundirte en la fotografía de retrato.


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